domingo, 27 de diciembre de 2015

RAZÓN 9: BOLERA DE LOS MOROS (MIRADOR DE SANTA CATALINA)

Para quitar el mono de andar en moto F. sugirió una ruta corta. Después desayunar en Unquera salimos en dirección a Potes.

El desfiladero lo he recorrido por trabajo (y por ocio) bastantes veces en coche. La N-621 es la típica carretera que está casi siempre en obras por reparaciones, ensanchamientos, piedras que caen de las montañas, accidentes… Siempre rezo para que no me toque un camión o un autobús delante porque aparte de retrasar mucho la marcha no me dejan ver el paisaje.

Esta vez tuvimos suerte y hasta Panes fuimos de una tirada sin incidente alguno. Antes de llegar al pueblo, en una desviación a la derecha subimos hasta Alevia (Asturias). Desde allí se contempla una maravillosa vista de Panes y de la vega del río Deva.



Después de echar unas risas con un par de potrillos que había en un prado al lado de la iglesia bajamos y entramos en el desfiladero propiamente dicho en sentido Potes. Es una de las carreteras en las que más he notado diferencias entre recorrerla sobre cuatro o dos ruedas. En el coche sólo se ve hacia delante, mientras que siendo pasajer@ de moto puedes girar la cabeza hacia arriba y a los lados pudiendo apreciar las dos caras rocosas que encierran al río. Nunca me había parado a pensar que pudiera haber vida más allá de los pueblos que bordean la N-621. Alevia fue la primera sorpresa, pero hubo dos más.

A medio camino entre Panes y Potes sale una vía a la derecha paralela al río San Esteban. No sé si llamarla propiamente carretera. El cartel pone Cuñaba. También es territorio asturiano.

Yo ya sabía de la existencia de ese pueblo por mi amigo D. y me había dicho que la subida era bastante pronunciada. A medio camino hacia Cuñaba, parada para ver un mar de montañas y la mano del hombre en forma de tendido eléctrico de alta tensión.


Seguimos subiendo. Después de una curva el paisaje cambia drásticamente y se entra en un valle con prados. Las rocas desaparecen y la carretera empieza a bajar hacia el pueblo.


Cuñaba aparece como una aldea recoleta, toda de piedra, con casitas humeantes y gente que nos mira al pasar. En el “centro” del pueblo hay un bareto en el que tres paisanos están viendo las carreras de motos. Pido una Coca-Cola. Traen un botellín y me preguntan si quiero un vaso. Le digo que sí. Del hielo ni hablamos. Me voy con las ganas de haber pedido una pajita en plan ochentuno. Este premio es de F.

La sombra inunda el valle. La luz empieza a cambiar. Hora de incorporarse al desfiladero por el mismo sitio por el que llegamos.

Casi sin circulación serpenteamos hasta antes del balneario de la Hermida, salida a la izquierda por la CA-282. Hay un papel pegado a la señal: carretera abierta intermitentemente por rallie. Ha habido suerte. Quedan 40 minutos para que la cierren. No hay tiempo que perder. Vueltas y revueltas, un tramo de la carretera desviado por un desprendimiento, llegada a Piñeres, giro a la derecha y de repente se entra en un bosque de troncos finos y verticales, muy derechos. Pasa mucha gente de ruta, andando con bastones de aluminio. Algo debe haber arriba.

La llegada es un poco decepcionante. Se llega a un par de antenas. Con un poco de interés se encuentran unas escaleras y, de allí, al pasmo.


Se ve el desfiladero hasta Potes y más allá (en un día claro como éste). El río Deva abajo. Y las montañas sin edificaciones.

En el entorno del mirador quedan las ruinas de una antigua fortificación. Se intuye más que se ve. Es lo de menos. Reconocimiento a E. por la ruta. Nos tenemos que ir…. 

Quedan 10 minutos para que cierren la carretera al tráfico. En vez de volver a La Hermida el jefe decide seguir la CA-282 en sentido Puentenansa. Siempre es mejor volver por otro sitio. Mientras ejerzo de paquete veo muchos puntos de control de la carrera, pero ni coches ni público. Raro, raro.

En Sobrelapeña desvío a la izquierda por la CA-856 paralelos al río Lamasón o Tanea (resultado de cuatro arroyos). La carretera sigue hacia el norte, el Lamasón desmboca en el Nansa lo cruzamos incorporándonos a la CA-181. Llegamos a la ría de Tinamenor y vuelta al punto de partida.

Día muy divertido. Y muy sorprendente. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD

¿Mola o qué?


El mérito no es mío. Es del jefe. La gran sensación de niños y adultos y de algún perro. Todos los vehículos adelantados también se quedan prendados de esta decoración.

Y con este mismo espíritu festivo os deseo ¡¡Feliz Navidad!!

viernes, 18 de diciembre de 2015

RAZONES 7 Y 8: PICO DE LA FLORIDA Y PICO HUGÓN

El Pico de La Florida y el Pico Hugón son de esas “bellezas menores” que te sorprenden por lo inesperadas. La excursión no fue tanto una ruta como un hacer tiempo para que nuestro amigo A. tuviese un respiro y poder hacerle una visita como se merece.

Partiendo de Labarces (CA-850) no sé hacia dónde fuimos, así que mejor doy las indicaciones de otra manera:

Pico La Florida: 43°17'49.4"N 4°24'31.1"W. Es el que está encima de la cueva El Soplao. Pueden servir de orientación unas antenas de color rojo y blanco. Se ven bastante bien desde cualquier punto del entorno. La subida desde la carretera es de tierra, con un par de pasos canadienses y bastantes baches. El paquete tiene que sujetarse bien. Saltan piedrecitas. No llevaba los guantes puestos y las notaba en las manos.
 

Desde allí, estupendas vistas hacia la costa (San Vicente de la Barquera, Oyambre, Comillas) y hacia el interior (instalaciones y museo de la cueva, Picos de Europa, Valle del Nansa, Cabuérniga). En el entorno se pueden apreciar restos de una antiguo asentamiento en el que vivían trabajadores de la mina de El Soplao. Apenas queda piedra sobre piedra.

Si se va a última hora de la tarde la naturaleza te regala puestas de sol como ésta:
 

Mirando hacia el suroeste desde el punto en el que estamos se ve otro pico con una subida zigzagueante de lo más apetecible. Es el Pico Hugón. Hacia allí nos encaminamos.

Pico Hugón: 43°17'37.7"N 4°25'44.7"W. La salida está justo enfrente de la entrada al aparcamiento de la cueva El Soplao. El acceso también es de tierra y no está en muy buen estado. En alguna curva hay socavones a tener en cuenta. Como cualquier pico que se precie, tiene su antena en lo alto.

La sorpresa fue la bandada de buitres que alzó al vuelo en cuanto notó nuestros pasos. Desde el fondo del valle 30 o 40 pájaros empezó a planear en completo silencio y en círculos cada vez más amplios y a mayor altura. 
 

Otra de las curiosidades de este sitio es un pequeño belén escondido entre rocas. Está protegido de la intemperie por una especie de tupper con un tubito para evitar la condensación. Una mini obra de ingeniería. Cuesta un poco encontrarlo…

Como ya se iba la luz, vuelta a la civilización, a las carreteras asfaltadas y a la vida social.

Una manera de hacer tiempo mucho mejor que la tele.

jueves, 3 de diciembre de 2015

RAZONES 4, 5 Y 6: TÚNEL DE LA ENGAÑA, ESTACAS DE TRUEBA Y LUNADA

Otro día de fin de semana radiante. El otoño sigue avanzando con días cada vez más cortos, pero estupendos para ejercer de paquete.

En mi ignorancia de los sitios no costeros cántabros éstos no tienen perdón. 

Salida a media mañana con el avituallamiento estándar, casco rosa, cazadora de cuero, más ropa que de costumbre porque puede que haga frío. Nuevo intento de guardar la ruta. Mónica, compórtate…

Llegamos a Sarón por el tramo de la A-8 recién inaugurado y nos dirigimos al sur por la CA-142. Es una carretera conocida, la he hecho en coche muchas veces hasta Villafufre. Más allá es terreno por conquistar. Pasamos por el núcleo duro de los Valles Pasiegos: Villacarriedo y Selaya. No paramos a comprar sobaos. Minutos después de que pasemos hay un pequeño terremoto. Hemos librado por los pelos.

Después de Lera tomamos la CA-262. Se pasa primero por el pequeño puerto de La Braguía (720m) con varios miradores en su recorrido. Segunda foto para el álbum de puertos.

Siguiendo la carretera se llega a Vega de Pas donde empieza la CA-631 que es la que sube al puerto de Estacas de Trueba.

En una desviación a la derecha, sin señalización ninguna, primera parada para ver la estación de tren abandonada (y nunca utilizada) del túnel de la Engaña. Uno de los despropósitos de este país que dejó a Cantabria aislada del Mediterráneo. El suelo está muy mojado y no llevamos calzado adecuado, por lo que no podemos acercarnos a la boca del túnel. Otra vez será.
 

Problemas con la cámara… Este día especialmente no supe reflejar lo que mis ojos veían. Muchas diferencias de contraste entre zonas de sol y sombra hicieron de mí un “paquete fotográfico”.

Volvemos a incorporarnos a la CA-631 y empezamos a ascender hacia la meseta. Pasa ante una lo más bonito del paisaje pasiego: pequeñas cabañas de piedra con tejados de lajas diseminadas entre prados muy verdes y cercas del mismo material. Todo es de piedra aquí. No se ve ningún árbol.

Puerto de Estacas de Trueba 1.154m. Éste también va al álbum.

Pasamos las fronteras de Cantabria hacia Castilla Y León. No puedo evitarlo y pego un grito al pasar la raya imaginaria. Me hace ilusión estar en mi tierra.

Tomamos la BU-570 de oeste a este, carretera que discurre paralela al río Trueba. Es una zona totalmente distinta a lo que se deja atrás. Hay más vegetación, las hojas de los árboles caen cuando pasas con la moto. No sabes dónde mirar. Todo está precioso.

Paramos en un puente sobre el río a comer. No parece nada del otro mundo pero hay mesas y un cartel explicativo. F. me dice que le siga. Yo soy muy obediente y voy. Bajamos una pequeña pendiente y tras andar 200 metros aparece una cascada preciosa. Lo primero que me apetece es meter los pies en el agua, cosa que hago al momento. Está fría de narices, pero camino hasta la mitad de la corriente para ver el conjunto.


Comemos y nos entretenemos un rato haciendo fotos. Se está genial allí, pero empieza a dar la sombra avisando de que los días son cortos.

Nos volvemos a incorporar a la carretera BU-570 hasta la BU-572 que discurre hacia el norte, hacia Cantabria. Desde ella se ve un observatorio militar al que no se puede acceder y unas indicaciones para ir a una pequeña estación de esquí, que será investigada en otra ocasión.

Llegando casi a la cima del puerto vuelvo a cerrar los ojos. A la orden de ¡ábrelos ya! aparece ante mis ojos el paisaje más impresionante de mi vida de paquete:
 

No voy a comentar nada porque no le haría justicia. Sólo un consejo: id.

Vuelta al inicio por la CA-260 que ya es conocida en parte y que es bastante entretenida. Otro reconocimiento a F. por la ruta.

EL CASCO. ESE GRAN DESCONOCIDO.

Por mi trabajo a veces llevo casco. Es igual de incordión que el de la moto pero menos aparatoso. Los cascos no se llevan bien con el pelo y menos con los rizos. 

Un día nos fuimos de esparcimiento a una tienda de motos; primera experiencia en un establecimiento de este tipo y un parque de atracciones para un motero, como pude comprobar nada más poner un pie allí. Me quedé hablando sola mientras F. a una velocidad digna de Edward Cullen se dirigía a una moto naranja, grande como un toro de lidia.

Total, que fuimos a ver cascos. Y establecer preferencias. Y saber de qué van los cascos. Ahora ya lo sé.