Los astros se alinearon y pudimos quedar con E. y M. para dar una vuelta matutina con la moto. Antes de salir en ruta, pincho de tortilla en La Retama (Autovia A-8, km 244,300, Cabrojo, Cantabria) y, mientras estábamos en la terraza al sol, llegada de una comitiva de Lancia Delta Integrale, por lo visto un modelo muy raro (y totalmente desconocido para mí). La conversación giró, como no, en torno a motos. Yo no entiendo de marcas, ni de modelos, ni, mucho menos, de mecánica. Hablando de todo un poco se comentó que a las chicas nos gustan las BMW más que otras. "¿Y ellas qué van a saber? ¡Si no tienen ni idea!" ¿Será por que más vale lo bueno conocido que lo desconocido por conocer? Yo creo que sí....
Decidimos subir el puerto de Palombera y retornar por las hoces (carretera N-611 entre Reinosa y Arenas de Iguña). Todo era ya territorio conocido, así que me dediqué a aprender de protocolos moteros mientras un paisaje de lo más rural pasaba ante mí.
Una vez concertado quién guiaba y el orden de los de atrás, nos pusimos en marcha. Ese día agradecí enormemente poder usar el parasol ya que, al tomar dirección sur, cada curva tenía a Lorenzo esperando para deslumbrar. El camino ofrecía vacas con una buena cosecha de terneritos, casas humeantes, caballos, cabras, recuerdos de mi pasado scout al ver un lugar de acampada al lado del Hotel reserva del Saja y señales muy curiosas como “PASO DE ANFIBIOS”. La próxima vez que pase le tiro una foto. Prometido.
Aunque el día estaba soleado hacía un frío cosiderable. Dos o tres paradas cortas a tirarles unas instantáneas a las tres BMW y rápido rápido a ponerse los guantes otra vez.
Decidimos subir el puerto de Palombera y retornar por las hoces (carretera N-611 entre Reinosa y Arenas de Iguña). Todo era ya territorio conocido, así que me dediqué a aprender de protocolos moteros mientras un paisaje de lo más rural pasaba ante mí.
Una vez concertado quién guiaba y el orden de los de atrás, nos pusimos en marcha. Ese día agradecí enormemente poder usar el parasol ya que, al tomar dirección sur, cada curva tenía a Lorenzo esperando para deslumbrar. El camino ofrecía vacas con una buena cosecha de terneritos, casas humeantes, caballos, cabras, recuerdos de mi pasado scout al ver un lugar de acampada al lado del Hotel reserva del Saja y señales muy curiosas como “PASO DE ANFIBIOS”. La próxima vez que pase le tiro una foto. Prometido.
Aunque el día estaba soleado hacía un frío cosiderable. Dos o tres paradas cortas a tirarles unas instantáneas a las tres BMW y rápido rápido a ponerse los guantes otra vez.
Ya sé que en las imágenes de arriba no aparacen las motos pero es que yo soy muy de protección de datos.
Foto en Palombera para mi álbum de puertos, que no me hice la primera vez que pasé.
Foto en Palombera para mi álbum de puertos, que no me hice la primera vez que pasé.
Llegada a Reinosa y vuelta a Santander donde cada mochuelo se fue a su olivo después de una calurosa despedida en carretera. Estos moteros son muy efusivos (jijiji).
Como nosotros no teníamos prisa enfilamos hacia la costa, pero esa es otra historia y debe ser contada en otro momento.
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