viernes, 22 de enero de 2016

RAZONES 10 Y 11: RÍO GÁNDARA Y LA SÍA

Una vez comprado el casco vino una temporada de mal tiempo y fines de semana con compromisos varios así que el primer día que salió el sol, casi sin batería en la cámara, cogí los arreos de paquete y mi “huevito” nuevo y nos fuimos de excursión.

La ruta estaba decidida sólo a medias: nacimiento del Asón. Luego ya veríamos por dónde regresar. El GPS (alias Mónica) iba a grabar la jornada para futuros usos lúdico-festivos.

El día estaba muy despejado pero hacía un frío de los de cuando el grajo vuela bajo y yo iba forrada. Todavía me falta la equipación y la indumentaria era digamos casera. Ande yo caliente ríase la gente. Ja.

Tomamos la CA-261, carretera ya conocida. Durante la subida al puerto encontramos gente curiosa: una mujer con un gato-perro que la seguía muy obedientemente, un chico escuchando un reproductor de música en una curva en medio de ninguna parte… Pasamos Alisas (ya me hice la foto), llegada a Arredondo y desviación a la derecha por la CA-265 hacia el Parque Natural Collados del Asón. El tramo de carretera del parque es agradable con quitamiedos de rollizos de madera sin barnizar. Las vistas son tan bonitas que los conductores andan despistados mirando hacia no deben e invadiendo el carril contrario; hay que andar con ojo. 

Como había llovido mucho, la cascada estaba en todo su esplendor.
 
 
Al lado del aparcamiento de la curva hay otra pequeña cascada, muy aparente, con un letrero de NO PASAR, ZONA PELIGROSA. Ya se sabe cómo va esto, basta que te digan que no, para que vayas como un Miura. Hay hasta caminos… Yo me quedé en el borde porque mi estabilidad no es muy buena.
 
 
 Era domingo, primer día que hacía bueno en un par de semanas, la zona estaba hasta arriba de excursionistas; había que salir de allí.

No he contado la cascada del Asón como razón por la que no conozco Cantabria porque ya había estado allí, por lo menos en dos ocasiones. La primera hace mucho años, la segunda en agosto, que hay que ser pardilla. Resbalaba por la piedra un hilito de agua bastante raquítico. Me lo merecí. Pero nunca había seguido carretera arriba.

Si se avanza por la CA-265 se pasa un pequeño puerto y se llega al valle de Soba. Antes de llegar al pueblo de La Gándara hay una señal a la derecha que indica Mirador de La Gándara. Se camina unos doscientos o trecientos metros por un parque muy cuidado, con bancos, barbacoas y césped mullidito y al fondo hay una plataforma de trámex con vistas al río Gándara. Si eres atrevido, te asomas. Si no, se ve lo mismo desde tierra firme.
 
 
Razón 10 con muy buena nota. No sólo las vistas al río son bonitas, hacia el sur se ve el límite con Burgos, colinas verdes y aerogeneradores.
 
 
Después de estar un rato en el mirador, esperando para poder hacer una foto de la plataforma sin gente, seguimos camino hacia el puerto de La Sía. Para llegar a él hay que desandar un pequeño tramo hasta retomar la CA-665 en dirección sur. La Sía (1.246 m) es uno de los puertos que primero se cierran en España debido a la nieve, así que mejor no intentar ir de diciembre a marzo.

El alto en sí tiene vistas hacia el norte, mientras que al sur da a una especie de llanura ondulada con muchos molinos de viento que zumban desde un cielo muy azul.
 
La bajada, ya en Burgos, discurre entre retazos de nieve del fin de semana anterior y lleva a una carretera conocida porque recorrí parte el día de Estacas de Trueba. Parada en Las Machorras a tomar un caldo (y luego otro) para entrar en calor y recuperar el tono sonrosado.

¿Por dónde volvemos, Lunada o Estacas de Trueba?
Mmmmmm… siempre Lunada.

jueves, 14 de enero de 2016

UNA CABEZA DE 55 CENTÍMETROS

Después de la breve, pero intensa, experiencia en la tienda de material motorístico la situación con el casco rosa se volvió insostenible. En realidad fue culpa mía y de un movimiento de cuello que lo hizo bailar quedando patente que me quedaba un poco grande.

Así pues, con un metro (souvenir de Londres) mi contorno cabezil fue medido dando como resultado 55 centímetros. ¿Eso es mucho, poco o regular? Pues es una talla S de casco. Y como ya sabía lo que quería, ya tengo MI CASCO.
 

lunes, 4 de enero de 2016

MENTE EN BLANCO

No hay mucho que ver desde la parte de atrás de una moto de noche y por autovía. Sólo he ido en esas condiciones una vez y lo que pasó fue que dejé la mente en blanco y me limité a mirar al suelo. La carretera estaba iluminada por farolas a intervalos regulares. Veía la sombra del conjunto “vehículo+dos pasajeros” pasar de atrás hacia delante una y otra vez, una visión hipnótica. Y así, en trance, llegué a Santander.